El piso pélvico de la mujer está constituido por una serie de músculos y ligamentos que, además de contener ―al igual que una hamaca― los órganos de la cavidad pélvica: útero, vagina, vejiga y recto, también ayudan a la estabilidad de nuestra pelvis y columna.
“Con el paso del tiempo, estos tejidos van cediendo poco a poco, hecho que aumenta con el embarazo y el parto y posteriormente el inicio de la menopausia; trastornos que incluso se pueden manifestar con dolor durante el coito, limitando la vida en pareja y deteriorando la independencia femenina”, según una especialista chilena de nombre Daniella Longhi.
De acuerdo con la doctora Longhi, los escapes de orina ―por muy breves o pequeños que sean― al estornudar, toser o reír no pueden ser considerados en ningún caso como normales, a excepción de las mujeres embarazadas. Cuando hay episodios de incontinencia urinaria es muy probable que el piso pélvico presente algún trastorno, por lo que es necesario acudir a un profesional para que evalúe el estado y subsane este tipo de patologías. “Esto se realizará por medio de tratamientos “conservadores” o bien quirúrgicos, si el diagnóstico así lo amerita”, comenta la especialista.
Tratamientos y alternativas
Los tratamientos conservadores son aquellas técnicas que permiten al paciente modificar la conducta, a través de sesiones kinésicas y de fisioterapia, en el periodo total de algunas semanas, y cuyo objetivo es el entrenar el músculo debilitado.
Respecto al aspecto quirúrgico, existen una serie de alternativas por vía vaginal o abdominal, con o sin uso de injertos o mallas, que ayudarán a las mujeres a terminar con estas dolencias, poniendo fin a estos problemas y permitiéndoles retornar a una vida normal.
“Es importante recordar que el sobrepeso y el sedentarismo son otros factores que inciden en el desarrollo de este tipo de desórdenes internos femeninos”, comenta la Dra. Longhi, quien además recomienda llevar una vida lo más saludable posible, siempre complementada con la práctica regular de ejercicio físico.