Enojarse es un estado común en la vida de las personas. La ira aparece como resultado de la frustración cuando algo no está funcionando como lo habíamos planeado o cuando se nos presenta un problema que simplemente logra sacarnos de nuestras casillas. Al dejar que un berrinche, justificado o no, nos controle por completo, podemos terminar cometiendo actos sumamente negativos que perjudiquen de uno u otro modo la tranquilidad de nuestras vidas y hasta la salud física y mental de nuestro cuerpo.
Así que si vives enojada constantemente y que por más que trates de calmarte y controlar el entorno no lo logras, aprende a hacerlo, porque si no lo haces puedes sufrir o generar estas consecuencias:
1. El lóbulo frontal derecho de nuestro cerebro es el encargado de controlar las emociones negativas y el izquierdo las positivas. Cuando nos enojamos, esta parte de nuestro cerebro se activa haciendo que la racionalidad se pierda, cosa que eleva los niveles de dopamina generando que las zonas del cerebro que nos permiten auto controlarnos se inactiven y hagamos cosas que no haríamos en un estado normal.
2. Otra de las consecuencias de enojarnos es la necesidad del cerebro por una mayor cantidad de oxigeno, lo que causa que nuestros pulmones necesiten cargar más cantidad exponiéndolos a serias afecciones respiratorias.
3. Enojarnos hace que nuestro cuerpo libere colesterol y otras sustancias que permiten que los depósitos de grasa del corazón y las arterías se aceleren, ocasionando una descarga de adrenalina extrema afectando seriamente la buena salud del corazón.
4. ¿Alguna vez escuchaste el dicho ‘Si te enojas te haces viejita‘? Pues resulta que no es un simple mito. La ira genera una gran cantidad de emociones en un solo momento lo que hace que las células del cuerpo se aceleren tres mil veces más rápido de lo normal logrando envejecernos en tiempo record.
Como vez, vivir enojadas constantemente no sólo repercute en cómo nos sentimos por dentro, sino también en cómo nos vemos por fuera. Logra evitar todas estas consecuencias negativas y controla tus emociones siguiendo estos simples consejos:
- Respira profundamente y de manera consciente.
- Inspírate en cosas que te relajen mientras tratas de controlarte.
- Trata de despejar tu cerebro. Recuerda que no vale la pena enfrascarte en un berrinche.
- Practica alguna actividad que logre que se relajen tus músculos y nivele tus emociones para que alcances una sensación de calma.