¿Donde vives hay mucho ruido? Eso puede provocar estrés, insomnio y depresión

¿Donde tú vives hay mucho ruido? Estudios académicos revelan que los males causados por virus o bacterias, dificultad para conciliar el sueño y depresión son algunas de las consecuencias que pueden sufrir las personas expuestas a ambientes ruidosos.
Los académicos del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Everardo Camacho y Claudia Vega Michel, han trabajado desde hace varios años en el tema del estrés y su relación con la exposición continua a ambientes ruidosos.
Entre sus conclusiones está la certeza de que existen diferencias entre los niveles de estrés de las personas que se exponen de forma crónica a sobredosis de ruido –más de 85 decibeles—y las que permanecen en ambientes silenciosos y, por eso mismo, relajadas (lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud es de 65 decibeles).
Para funcionar, el sistema inmunológico requiere mucha energía. Al mismo tiempo, el sentido positivo del estrés es la generación de una alerta para la supervivencia, que también requiere altas dosis de vigor, por ejemplo, huir ante un peligro.

Cuando nos sometemos al estrés crónico, la vigilia o el apagón inmunológico es crónico, se favorece que una bacteria o un virus ingresen al organismo y lo ataquen, destacan los investigadores.

Todo, sin contar con que las ondas del ruido tienen efectos en el corazón y el sistema circulatorio, y la exposición continua a través de audífonos está provocando que los jóvenes vayan a llegar casi sordos a los 40 años, según investigaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Hay gente que cree que se habitúa y no es cierto; lo que pasa es que va perdiendo la audición y escucha menos ruido”, afirmaron los investigadores.

¿Qué hacer?

Podemos usar tapones para los oídos y aditamentos que ayuden a disminuir el impacto de la estridencia, realizar actividades para afrontar el estrés, ya sea ejercicio o meditación, así como actividades recreativas en en lugares no ruidosos.

También existen aplicaciones telefónicas con las que es posible calcular los decibeles para conocer cuál es la exposición cotidiana al bullicio para pedir la intervención de las autoridades, cuando es necesario.

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