Sabemos que hay enfermedades más allá de las ginecológicas o el cáncer de mama, aunque nuestras actitudes de prevención hagan pensar lo contrario. Los chequeos son una prueba. Un estudio realizado entre 2001 y 2008 en la Unidad de Chequeos de la Clínica Universitaria de Navarra (CUN) revela que el 63% de las personas que acuden a hacerse una revisión completa son varones. "Hoy sabemos que el 40% de la mortalidad en mujeres españolas se debe a enfermedades cardiovasculares -y sus secuelas de ictus y ataques cardiacos-, un porcentaje muy superior al de fallecimientos debidos a cáncer de mama o a cánceres ginecológicos", señala la dra. Inmaculada Colina, especialista en Medicina Interna de la citada Unidad de Chequeos. Ésa es la razón por la que debemos ser conscientes de que las mujeres tenemos un riesgo de enfermar similar, en muchos casos incluso mayor, al de los varones.El chequeo debe ser adaptado a cada mujer, de acuerdo con sus características específicas. Por ello es necesario aclarar que lo verdaderamente esencial a la hora de realizarlo es la entrevista con el médico, que pasa por realizar una historia clínica completa y una exploración física. A partir de ahí, el especialista puede gestionar las pruebas adecuadas para cada persona.Según la edadÉstos son los chequeos que, además de las pruebas ginecológicas, los expertos de la Unidad de Chequeos de la CUN recomiendan a la mujer a partir de los 18 años. Suponiendo que la paciente no tenga factores de riesgo añadidos:- Entre los 18 y los 39 años: medición de tensión arterial, exploración ginecológica y mamaria, analítica básica (hemograma, niveles de lípidos, glucemia, pruebas hepáticas, función renal, función tiroidea, analítica de orina…), electrocardiograma (ECG) y estudios radiológicos (rayos X del tórax y ecografía abdominal).- Entre los 40 y 49 años: todas las anteriores, con una analítica más completa que la anterior y con mayor periodicidad. Y empiezan las mamografías.- Mayores de 50 años: todo lo anterior, añadiendo colonoscopia y densitometría ósea (a la edad en que esté indicado según factores de riesgo). Un TAC (escáner) de cuerpo entero permite obtener una visión más detallada y completa de tórax y abdomen. Exploración oftalmológica con una periodicidad dependiente de la patología individual.