Si alguna vez has practicado yoga en tu vida, sabrás que una de las bases de esta disciplina milenaria es la respiración para preparar al cuerpo hacia un estado de relajación.
En yoga es importante aprender a diferenciar los tipos de respiración siguientes:
- Respiración baja: es aquella en la que llenamos la parte inferior de los pulmones.
- Respiración intermedia: la que produce una cierta expansión en la región torácica de los pulmones.
- Respiración alta: la que nos expande el pectoral al llenarse de aire la parte alta de los pulmones.
Para lograr una relajación completa es importante que aprendas a realizar los 3 tipos de respiración, pues sólo de esa manera se logra una respiración completa. También es importante cuidar el ritmo que le damos.
Entonces, si cuidamos nuestra postura y nuestra respiración, es posible relajarnos de pie, sentados, acostados boca abajo o boca arriba. También podemos relajarnos mientras caminamos, para lo cual debemos poner mucha atención en la estructura que soporta el peso de nuestro cuerpo: el área pélvica, nuestro abdomen, y sobre esa misma área, apoyar la columna vertebral, además de hacer que nuestro cuerpo se relaje colgando la columna vertebral para conseguirlo de una mejor forma.
Relajación de pie
Separa un poco los pies, poniendo las puntas ligeramente hacia adentro. Dobla un poco las rodillas y apoya todo el peso sobre el área de la pelvis, aflojando un poco el abdomen. A partir de ahí puedes hacer la respiración completa (baja, intermedia y alta), y una vez que lo consigas sentirás inmediatamente un estado de relajación.
Relajación sentada
Si estás sentada el ejercicio es muy parecido al anterior: apoya todo el peso en el área pélvica, la cual descansa a su vez sobre el asiento. No olvides la respiración completa.
Relajación en posición horizontal
Cuando estás en una posición horizontal el apoyo se encuentra en la espalda o en el plexo solar. Si tienes mucha tensión acumulada te conviene relajarte horizontalmente, con el plexo solar hacia el piso, pues de ese modo tu energía se equilibra con mayor facilidad.
Si estás sólo un poco cansada es más conveniente que te relajes con el plexo solar hacia arriba, para equilibrar tus energías en forma práctica.
Inicia el ejercicio de relajamiento a partir de los pies, seguido de los tobillos, las pantorrillas, las rodillas, los muslos, toda el área pélvica, el área abdominal, toda el área de la espalda y de la columna vertebral.
Naturalmente deberás después relajar toda el área torácica, el cuello, los hombros, los brazos, los antebrazos, los codos, las manos y los dedos. Finalmente relaja los músculos de la cabeza. Empieza por por músculos de la mandíbula, separando un poco los dientes, sin despegar los labios; luego relaja los músculos de los pómulos y de los párpados, así como los músculos de la frente y del cuero cabelludo.
Es muy importante que conforme realices cualquier ejercicio de relajación estés consciente de ti misma, de establecer tu centro, y tu centro de conciencia para evitar quedar dormida. ¿Cómo hacerlo? Intenta concentrarte en la base de tu columna vertebral, en el área situada entre tus órganos genitales y el esfínter anal, lo que los orientales conocen como kanda.
Para ayudarte a mejorar la concentración contrae los glúteos y relájate cuando exhales. Después dirige tu atención en el plexo solar para seguir relajándote. Finalmente pon atención a tu corazón para lograr una relajación total mientras haces la respiración completa.