La bartolinitis es la inflamación de las glándulas de Bartolino, situadas a ambos lados de la vagina, entre los labios mayores y la pared de la vagina, y cuya función es la lubricación vaginal. A veces, las aberturas de estas glándulas se obstruyen, haciendo que el líquido suba hacia la glándula. Se puede dar por la presencia de bacterias en la entrada de la vagina. El resultado es una inflamación relativamente indolora, llamada bartolinitis. A veces, el líquido dentro del quiste de Bartolino puede infectarse, lo que resulta en un absceso de Bartolino.
Es una enfermedad curable y tratable sin mayores impactos para el normal desenvolvimiento sexual de la mujer. Y es que, a veces, la única solución que la medicina encuentra a este problema pasa por el quirófano, con la extirpación de dichas glándulas. Pero para muchos casos existen otras soluciones no tan drásticas.
Estas bacterias no tienen porqué proceder de una enfermedad de transmisión sexual. Pueden ser de otra zona de nuestro organismo, por ejemplo Escherichia coli del intestino o Staphylococcus aureus de la piel y vías respiratorias.
Otras veces puede ser causada por la bacteria de la gonorrea o la de la clamidiasis, ambas enfermedades de transmisión sexual.
Como se diagnostica la Bartolinitis
Los primeros síntomas que detectamos suele ser la aparición de un bulto, un nódulo caliente y abultado y muy doloroso a la simple presión. En casos agudos llega a doler al caminar o sentarse. Evidentemente es muy doloroso durante el acto sexual. Asimismo el labio o los labios que se encuentran afectados se enrojecen e inflaman debido a la infección.
El diagnóstico se realiza mediante exploración. En aquéllas mujeres con un historial clínico de infecciones recurrentes o enfermedad de transmisión sexual hemos de tener presente esta posibilidad. En mujeres cercanas a la menopausia o ya entradas en dicha fase, sería bueno realizar una biopsia para descartar tumoraciones o cáncer.
Tratamiento de la Bartolinitis
Realizar baños de asiento con agua tibia varias veces al día puede ser suficiente en casos leves para que el quiste se desinflame y drene la secreción. En caso de infección o si la causa fuese la infección, se tomarán antibióticos.
Si el absceso no se vacía, se realiza un drenaje quirúrgico, esto es, crear un pequeño canal de salida mediante un corte o incisión. Cuando el problema se hace crónico entonces el médico recomienda la extirpación de las glándulas.