El verano no siempre es una buena época para el sexo. Por un lado hay más probabilidades de que el tiempo libre, el aumento de la luz solar o la falta de estrés laboral favorezca un aumento de las relaciones sexuales. Pero por otra parte, los hombres que tienen disfunciones sexuales como eyaculación precoz o impotencia viven esta época como un verdadero problema pensando que no van a estar a la "altura" de las circunstancias.Los varones que tienen problemas de eyaculación precoz, por ejemplo, viven esta época con ansiedad, especialmente aquellos con relaciones más esporádicas. Encontrar una nueva pareja puede ser un desencadenante para que se agudice la falta de control eyaculatorio.Las parejas estables no están exentas de este problema que puede verse incrementado por la falta de intimidad que supone compartir apartamento con diferentes miembros de la familia como cuñados, suegros o los propios hijos de la pareja. Compartir con la pareja el problema y los propios sentimientos que genera ayuda a reducir considerablemente la ansiedad y facilita que, a la vuelta del verano se puedan poner en manos de expertos que ayuden a mejorar ese control sobre el reflejo eyaculatorio.