La más picante “juguetería” para el placer que podamos imaginar, el Tuppersex, ha triunfado en Estados Unidos y en otros países europeos -Francia, Bélgica, Alemania o los nórdicos- antes de llegar a España con el nuevo siglo.
Ni cosméticos, productos de limpieza ni pequeños electrodomésticos. Tampoco recipientes de plástico para guardar alimentos. Lo que venden a domicilio las “visitadoras” del Tuppersex son vibradores -de todos los tamaños, colores, funciones y texturas-, lencería, aceites para masajes eróticos con sabor a fresa, chocolate, limón o menta, además de “juguetitos” para una ducha más placentera o anillos que hacen más duradero lo que a duras penas dura más de quince minutos.
Juguetes eróticos menos sofisticados, eso sí, pero igual de eficaces, que el consolador de oro y diamantes que el ex “galáctico” David Beckham regaló a su esposa Victoria en uno de sus últimos cumpleaños, y que, según se publicitó y nadie desmintió, costó nada más y nada menos que dos millones de euros.
Más de una ha reconocido que las risas están aseguradas, que se habla de sexo con toda naturalidad, y que volverán a repetir, a comprar juguetes eróticos y a pasárselo bien.
Y tú, ¿has participado alguna vez en este gran invento?
– Iníciate en el sexo tántrico