Las mujeres y la pornografía siempre han tenido una relación complicada. Ya sea porque todo parece indicar que está destinada exclusivamente al público masculino, o porque algunos hombres creen que el sexo real debe ser como en las películas para adultos, cosa que obviamente nos afecta directamente.
Y aunque aún así hay estudios que revelan un porcentaje significativo de mujeres que ven pornografía, lo cierto es que siguen existiendo un montón de prejuicios que nos impiden percibir este contenido de una manera objetiva, sin sobrevalorarlo.
Así que antes de darle a la pornografía un no rotundo, te invitamos a que conozcas tres puntos importantes.
La pornografía no es más que un mundo de fantasía actuada
Es importante que tanto tú como tu pareja entiendan que las películas porno se alejan años luz de lo que son realmente las relaciones sexuales y esto se debe a que está hecho por profesionales.
La finalidad del porno no es educar
Aprender a conocer nuestro cuerpo y saber lo que nos puede gustar o no es únicamente nuestra responsabilidad. Tomar la pornografía como referencia es un error muy grande La función de la pornografía únicamente es la de entretenernos. No se acerca para nada a un documental o material didáctico.
Todo el material pornográfico que consumas debe ser legal y consensuado
Así es. Asegúrate de que las condiciones de producción del material pornográfico que veas sean correctas, es decir, que los actores sean mayores de edad, o que no sea un video filtrado no autorizado por las personas que lo protagonizan.