Reflexionar sobre el pasado

Hay un tiempo objetivo, cuya duración mide el reloj, y hay otro interno, cuyas reglas no dominamos porque pertenece al inconsciente. Por eso, cuando estamos contentos con lo que hacemos, las horas pasan volando. Del mismo modo, hay recuerdos que permanecen inalterables en el tiempo, mientras que somos capaces de olvidar algo sucedido ayer mismo.Reflexionar sobre el pasado favorece mover el presente para sentirnos mejor con nosotras mismas. Ahora bien, para ello tenemos que haber llegado a querernos, sin complacencias, algo que sólo conseguiremos aceptando nuestras características personales.Si nuestro mundo interno guarda conflictos que se actualizan en síntomas incómodos, podemos tener la sensación de quedarnos atrapadas en el tiempo. Si nos conocemos y nos queremos como somos, sin demasiados conflictos que resolver, tendremos la capacidad de revisar lo que hemos hecho para desprendernos de lo que no nos gusta y poner en marcha lo que queremos mejorar. Si el pasado se convierte en una carga, la década que comienza la viviremos con pocas expectativas, o repitiendo lo de siempre.