La luz puede jugar un papel en la modulación del miedo y la ansiedad, según un estudio realizado por la University of Virginia (UV), cuyos resultados de este trabajo se han publicado en "Proceedings of the National Academy of Sciences".El psicólogo Brian Wiltgen, el biólogo Ignacio Provencio y Daniel Warthen, del College of Arts & Sciences de la UV, trabajaron juntos para combinar estudios de miedo con investigaciones sobre cómo afecta la luz en la psicología y el comportamiento.Utilizando ratones como modelos, llegaron a la conclusión que la luz intensa aumenta el miedo y la ansiedad en estos animales, que son nocturnos, casi de la misma forma que la oscuridad puede intensificar el miedo o la ansiedad en los humanos, que somos diurnos.El miedo es un mecanismo natural para la supervivencia. Algunos miedos, como el miedo a los ruidos estridentes, los movimientos rápidos o las alturas, parecen ser innatos. Los humanos y otros mamíferos también aprenden a tener miedo de sus experiencias, que incluyen peligros o situaciones negativas. Este miedo puede protegerles de los riesgos. Sin embargo, puede convertirse en un factor intenso en algunos casos, a veces llevando a la aparición de fobias.Tras las investigaciones, Wiltgen señala que "las implicaciones de esto en los humanos es la siguiente: siendo diurnos, la ausencia de luz puede ser una fuente de miedo". Asimismo, señala también que "aumentar la cantidad de luz puede reducir el miedo y la ansiedad y tratar la depresión".