Estimula tus sentidosSi cuando vas a la compra acabas llenando el carrito de platos precocinados, tus estímulos sensoriales (el gusto y el sabor, sobre todo) acabaran empobreciéndose."Si siempre tomamos los mismos sabores, no sólo se resiente una parte del cerebro, sino que nos privamos de un placer. Debemos tener en cuenta que una mesa bien presentada y con apetitosos platos nos alivia del estrés: su olor hace que nuestras neuronas liberen dopamina, la hormona que nos ayuda a luchar contra el estrés", señala María Ponce, bioquímica.Libera tus emocionesCuando tu pareja te deja, intentas contener lo que sientes hacia él rápidamente. ¿Por qué? Porque ya no compartís nada, porque la vida continúa, porque es mejor así… y porque hay que afrontar la ruptura.
"Sin embargo, se trata de un error, la tristeza es una reacción psicológica de adaptación", explica Isabel Fisac, psicoterapeuta. Ese sentimiento permite aceptar la realidad: hay que dejar que la nostalgia nos sumerja en el pasado y despertar nuestras imágenes dolorosas para que la herida pueda cerrarse.Cuida tu cuerpoSi cuando termina el día acabas agotada en el sofá, es porque sometes a demasiada presión a tu organismo. Acostúmbrate a atenderle, date la oportunidad de cumplir años y de envejecer sin que tus articulaciones se resientan. Para ello, sigue los consejos de Felipe Simón, especialista en kinesiología:- Por la mañana no maltrates tu columna vertebral saltando bruscamente de la cama. Lo mejor es que te recuestes sobre el costado, deslices las piernas fuera de la cama y te apoyes en los pies antes de levantarte.- En la oficina, no te sientes en el borde de la silla: hay que apoyarse sobre las nalgas y los muslos, en la postura del jinete (con la tripa metida, la espalda derecha, el esternón levantado y el mentón hacia abajo). De esta forma, tu cuerpo no se fatigará, la energía circulará y tu mente estará más tranquila.Rompe el ritmoNo llenes todo tu tiempo con infinidad de responsabilidades, sobre todo, los fines de semana: hacer footing por la mañana, salir a comer con los amigos, ir de compras por la tarde, una cena romántica. Con este plan, te justificas a ti misma el no tener un minuto para detenerte."Sin embargo, este sentimiento embriagador de haber cumplido todos los objetivos se paga con un empobrecimiento interior", señala la psicoanalista María Laura Colón.Todos tenemos necesidad de disfrutar de la soledad para relacionarnos con nuestro "compañero interior". Éste nos aporta ideas, alimenta nuestra creatividad y nos permite desarrollar plenamente todas nuestras capacidades.Dar un paseo en solitario por un jardín o cerrar los ojos y meditar nos conectará con imágenes interiores que no aparecen si estamos acompañados.