Un estudio realizado por expertos dicen que aunque el sexo está presente en muchos de los aspectos de nuestra vida, el interés o deseo sexual puede desaparecer o reducirse por experiencias traumáticas, vergüenza, rencores, mala comunicación e incapacidad para demostrar afectos, entre otras causas, por lo que la ciencia dice que sí podemos vivir sin sexo.
Según un estudio publicado en Review of General Psychology, la asexualidad se define como una falta de atracción sexual. “Los asexuales no son necesariamente célibes o personas no románticas”.
Algunos trastornos, como el deseo sexual hipoactivo (HSDD, sus siglas en inglés), pueden parecer lo mismo que la asexualidad, pero no lo son. Muchas personas con síntomas crónicos del trastorno (carencia total de deseo) se ajustan a la definición de la asexualidad.
Los asexuales son las personas que no tienen sexo por decisión y a pesar de lo que se piensa no procesan el celibato y suelen ser personas muy románticas. Las personas que no tienen sexo pueden tener una patología de no sentir deseo sexual o incluso no saben de qué se trata.
Hay personas que nunca han tenido una experiencia sexual, porque sencillamente no sienten la necesidad de hacerlo.
Igualmente hay asexuales que si han tenido impulsos sexuales y pueden llegar a sentir placer en ese momento. La diferencia es que no se atreven a incluir a otra persona en el momento de intimidad.
La mayoría de las personas con esta condición no la tiene de por vida, sino que lo desarrolla en algún momento después de haber sido previamente sexual. Este tipo de elección sexual puede diagnosticarse pero, al final, depende de cada personas cómo deseen crear o recrear su propia identidad y el rumbo que le de a su vida sexual.