Muchas veces, las mujeres renunciamos a continuar nuestra educación por diversos factores. La economía del hogar, aportar recursos a la familia, o hasta por tabúes machistas, niñas y jóvenes abandonan las aulas. Afortunadamente día con día se vencen esos mitos dando acceso a todas y todos a este derecho: la educación.
En México, cifras de la Secretaría de Educación Pública (SEP), revelan en el ciclo escolar 2015-2016, el 49.9% de los inscritos en el nivel de enseñanza básico en el Sistema Educativo Nacional es una mujer.
De acuerdo con la más reciente Encuesta Intercensal del del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la proporción de mujeres en analfabetismo funcional es casi dos puntos porcentuales mayor que en hombres; 10.6% de las mujeres de 15 y más años es analfabeta funcional, mientras que en la población masculina esta características se presenta en 8.7% de la población.
El analfabetismo funcional es la incapacidad de poder comprender la lecto escritura o problemas básicos de matemáticas aun cuando hayamos cursado la educación básica; un fenómeno preocupante.
En el nivel medio, es decir la preparatoria o bachillerato, existe una ligera pero mayor proporción de mujeres inscritas (50.2%) que hombres (49.8%). No todo está perdido: estadísticas educativas refieren que en México durante el ciclo escolar 2015-2016, uno de cada dos estudiantes de nivel superior es una mujer.
Campos como la ciencia, los negocios y la industria se han visto re oxigenados con la llegada de la mujer quien juega un papel importante en estas áreas.
Por todo esto es importante propagar el compromiso de todas y todos con esta causa. Se ha demostrado que los hogares donde las mujeres tienen un nivel escolar de universidad o pos grado mejoran las condiciones económicas, sociales y afectivas de su entorno.