Seguro has escuchado el término slut-shaming: mujeres insultando mujeres.
Cuántas veces no hemos sido testigos mudos de severas críticas contra mujeres que, al no ser lo “correctamente” adecuado, son o somos blanco de etiquetas, insultos y maldiciones de parte de nuestro mismo género. Eso no es solidaridad y mucho menos tolerancia.
El slut-shaming es el concepto utilizado para describir el acto de hacer a una mujer sentir culpable porque sale de los códigos de vestimenta, de parejas sexuales, comportamientos o deseos sexuales diferentes a las expectativas de género y por ello son etiquetadas de “prostitutas”.
Este fenómeno es más serio de lo que se piensa: no solo atenta contra la expresión personal de cada mujer: es mucho más dañino de lo que pensamos, porque promueve la retrograda idea de que si una mujer quiere respeto “se lo debe ganar”, mientras que un hombre, lo obtiene per se.
Basta con echar un ojo al timeline de alguna famosa para darse cuenta de que el grueso de los comentarios son negativos o despectivos…¡y salen desde cuentas de mujeres!
Hay quien solo se sienta a ver una gala o alfombra roja para despedazar a quien no “encaje” en los estereotipos de la buena mujer. Algunas de las celebs que han sido sometidas al juicio público por su vestuario han respondido de la mejor manera.
No hace falta conmemorar cada 72 horas el Día Internacional de la Mujer, con que todas y todos seamos concientes del poder de la palabra, de las consecuencias de las agresiones entre los seres humanos y su inutilidad, abonaremos a un mundo más libre, más etéreo: un planeta el que deje de hacernos ruido el vestido de carne de Lady Gaga, las caderas de Kim Kardashian o el alocado comportamiento de Miley Cirus. El tema es fomentar la tolerancia y el respeto.