Desde niñas, crecimos con los cuentos donde bastaba una sola mirada entre los protagonistas para que, después de vencer algunos obstáculos, vivieran felices para siempre. Sin embargo, crecimos y nos dimos cuenta que las cosas son un poquitín más complicadas que los cuentos de hadas, aunque para ser honestas nunca nos hemos quitado la idea de la cabeza sobre el amor a primera vista.
Esta idea persistente se debe a que a pesar de todos los estudios e investigaciones sobre el amor, los sentimientos, la sexualidad y muchos otros aspectos del comportamiento humano, no existe hasta el momento una forma exacta para realizar mediciones respecto a lo que sentimos cuando queremos a alguien. Mientras algunos opinan que es en el corazón donde se generan las emociones, los expertos aseguran que no es allí sino en el cerebro e incluso hay pruebas que lo demuestran de alguna manera.
Respecto al amor a primera vista hay quienes afirman que no es un mito ya que lo han vivido. Sin embargo algunos expertos afirman que en realidad lo que se conoce como amor a primera vista no es otra cosa que una gran atracción o un enamoramiento pasajero.
Es muy frecuente que al conocer a una persona que se ajusta al concepto que nos hemos formado para nuestra pareja ideal experimentemos el famoso “flechazo”, que no es otra cosa que una serie de reacciones químicas y psicológicas. Esto nos altera de manera muy profunda y tan positiva que sentimos una gran sensación de bienestar y plenitud.
Ese “flechazo” es un enamoramiento repentino que se dice que es pasajero. Sin embargo, cuando la percepción inicial que se tiene de la otra persona resulta positiva, entonces existen mayores probabilidades de que al irse conociendo con el paso del tiempo la chispa inicial evolucione hacia una relación perdurable. Lo importante en estos casos es que la pareja se vaya descubriendo mutuamente incluso con un sentido crítico y de tal modo que lleguen a conocerse y a aceptarse. Porque cuando se idealiza al ser amado llega el momento de enfrentar la realidad y entonces el romance se esfuma como por encanto.
Recordemos que no es lo mismo enamoramiento que amor, aunque un enamoramiento puede conducir al amor duradero, y por supuesto al tan buscado y deseado amor eterno, que no se da de un día para otro sino que requiere de cultivar la relación