Amparado en su larga tradición, en su exigente criterio de selección y en la notable influencia que ejerce sobre las distribuidoras de películas, el certamen de Cannes se ha convertido por derecho propio en el festival más importante de Europa. Las cifras que baraja -coherentes con la vertiginosa industria cinematográfica- dan una medida de la importancia del evento: 30.000 profesionales del cine y más de 4.000 periodistas se reúnen cada año en torno a más de 600 películas.Para alcanzar esta privilegiada posición dentro de los grandes escaparates de películas -Berlinale, Venecia, San Sebastián…- el evento ha atravesado 59 años de vicisitudes, logros y fracasos, en los que ha sido testigo excepcional de nuevos valores, estilos y tendencias cinematográficas e impulsor de numerosos foros y debates.El encuentro fue creado por el Gobierno de Francia en 1939, antes de la Segunda Guerra Mundial, pero fue dotado de su verdadero prestigio como manifestación cultural y artística en la posguerra de 1946, como contribución a levantamiento de un país hundido. Cannes, la bonita ciudad de los balnearios de la Costa Azul, fue la preferida por su hermosura, sus playas y sus servicios hoteleros.El renombre de los miembros del jurado y la exigencia en la selección de las películas convirtió rápidamente al certamen en una tribuna mundial del cine que gritaba a todos los vientos el nombre de las obras exhibidas. Justamente, su gran poder de difusión y convocatoria han subrayado en los últimos años su rostro más comercial.Cientos de personas montan guardia cada día para tratar de ver de cerca a sus estrellas. Este año se celebra la 59 Edición del Festival de Cannes del 17 al 28 de mayo, un certamen que en esta convocatoria seguirá combinando su exigente criterio artístico con su talante más mercantil.