Cerdeña no es simplemente un destino turístico de playa, sino que su esencia esconde numerosos tesoros arqueológicos, sabores, fiestas y tradiciones. En primavera, la isla ofrece al visitante un sinfín de posibilidades para disfrutar al aire libre.Una de las formas de explorar su interior es a través de su patrimonio arqueológico. En la región de Carbonia Iglesias se esconde el primer parque geominero del mundo protegido por la UNESCO. Se trata de un patrimonio ambiental y testimonio histórico. A través de los pueblos, los kilómetros de galerías y los antiguos ferrocarriles que conforman el yacimiento se puede descubrir la antigua civilización minera.Entre todos los lugares de visita obligada destacan las instalaciones mineras de Montevecchio, Monteponi y Serbariu y la obra de ingeniería del puerto de Porto Flavia. El patrimonio arqueológico se combina con el natural en los espectaculares acantilados de roca caliza que caen en picado al mar y se adentran en la arena desértica y los bosques.Es imprescindible hacer un largo recorrido gastronómico a través de sus sabores. La isla ofrece la ruta del vino que parte desde el interior de la provincia de Carbonia Iglesias, hasta llegar a playas vírgenes visitando bodegas, empresas vitivinícolas y sitios de interés arqueológico. Asimismo, los viñedos de esta zona producen Carignano doc, un vino rojo de color rubí que combina perfectamente con otros productos típicos como el aceite Girotonno carlofortino, el queso pecorino, las alcachofas o la miel.