A sólo una decena de kilómetros de la desembocadura de la ría de Pontevedra se encuentra Ons, una isla de perfil alargado y poco conocida. Pertenece al Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia. La costa de esta franja de tierra de seis kilómetros de longitud aguanta cada día los embates del océano, al que apacigua para que entre más calmado en la ría.Suaves ondulaciones con verdes tojales, entre las que sobresale un faro moderno, conforman un interior en el que los visitantes encuentran la tranquilidad necesaria para disfrutar de los recorridos que la cruzan de norte a sur y de este a oeste. Una red de senderos lleva hasta los diferentes ambientes que la adornan: playas de arenas blancas, broncos acantilados y bruscos roquedos. Cormoranes moñudos y gaviotas patiamarillas aprovechan los recursos de este paraje, cuyas aguas constituyen una inmejorable zona de cría para el pulpo.Algunos de los parajes más singulares la isla son las playas de Melide, Dornas y Pereiró; el Mirador de Fedorentos, frente a la isla de Onceta, también dentro del parque nacional, o el Buraco do Inferno. Durante todo el verano parten barcos turísticos desde el puerto de Bueu (Pontevedra).Si prefieres acampar, debes pedir permiso. De todas formas, en la isla de Ons y en cualquier espacio natural protegido, para evitar daños en el entorno, evita circular en vehículo a motor. En caso de hacer recorridos en coche, no transites nunca por fuera de las carreteras y pistas permitidas. Hay parques y reservas en los que también está prohibido internarse a pie fuera de los senderos – con ello se intenta evitar el aplastamiento de la flora-. Cierra todas las cancelas que hayas abierto previamente para transitar por los caminos, en ningún caso enciendas hogueras y, por último, procura no dejar ninguna huella de tu paso por el lugar (basuras, colillas, botellas…).