Capital de La Rioja, Logroño es sin duda una ciudad para disfrutar con los cinco sentidos. Aunque históricamente ha sido un lugar de paso y cruce de caminos, como el de Santiago, esta vez les animamos a quedarse y gozar de lo que nos ofrece cada rincón de esta bella ciudad.En Logroño no podemos dejar de visitar las calles empedradas del Casco Antiguo, donde encontramos gran cantidad de monumentos históricos como las iglesias de La Redonda, Santa María de Palacio, Santiago El Real y San Bartolomé, el Palacio de los Chapiteles, el Palacio de Espartero, el Convento de la Merced o la Puerta del Revellín.
También son representativos los puentes de diferentes épocas que cruzan el río Ebro, testigos de la unión entre historia y modernidad.Pero Logroño, además de verlo, hay que vivirlo, y qué mejor para ello que disfrutar de la gastronomía del lugar. La mejor forma de hacerlo, además de buenos restaurantes, es la Calle Laurel, donde el tapeo y chiquiteo tradicionales están a la orden del día.Y por supuesto, no podemos dejar esta zona de lo más internacional de la zona, el vino, visitando calados y bodegas, e incluso animándonos a participar en una cata para aprender a degustar el tesoro riojano.