Orléans es un excelente punto de partida para realizar excursiones por el Loira y por sus castillos y abadías más cercanos. A orillas del gran Loira se levanta esta ciudad de 150.000 habitantes de origen romano, que fue ocupada por los prusianos en 1870 y muy dañada por los bombardeos durante la II Guerra Mundial. La catedral de la Santa Cruz es, junto a los cinco puentes de Orleáns, el monumento que sobresale de todo el conjunto urbano.Sus dos imponentes torres llaman la atención al visitante que se encuentra ante un edificio iniciado en el siglo XIII y que acabó siendo terminado en el siglo XIX en un estilo gótico. El interior del templo ofrece al visitante un recorrido a través de la vida de Juana de Arco con una sucesión de vidrieras que muestran desde su revelación divina hasta el martirio de la heroína en Rúan.Más allá de sus monumentos históricos, Orleans es una ciudad para disfrutar de sus calles y casas medievales. También se puede visitar Orléans en bicicleta gracias a su nueva oferta de alquiler de esta clase de vehículos.Es imprescindible la visita en la abadía benedictina de Fleury, uno de los principales monumentos del arte románico en Francia, en el que destaca la basílica de Saint Benoit (San Benito), un centro de peregrinaje con una atmósfera muy especial en el que todavía los monjes entonan cantos gregorianos y donde se guardan las reliquias del santo.Cerca de la abadía se levanta el castillo de Sully-sur-Loire, el primero del valle del Loira. Este bello edificio, que destaca por su imponente torre del homenaje, fue la residencia de Maximilien de Betthune, un famoso ministro de Enrique IV en el siglo XVI.