La última frontera, en la entrada hacia Andalucía desde la árida Castilla se encuentra el desfiladero, la profunda garganta horadada por el río que le da nombre, Despeñaperros. Lugar de paso y gran desconocido es refugio de unos paisajes sin igual y de una gran riqueza biológica. El Parque Natural de Despeñaperros se encuentra situado al norte de la provincia de Jaén, en pleno corazón de Sierra Morena. El horrible nombre procede de la sangrienta historia que aconteció tras la batalla de las Navas de Tolosa cuando las vencedoras huestes cristianas arrojaron y despeñaron a los "perros infieles" hacía el río desde las alturas colindantes.Encinares y alcornocales son la base paisajística de estos parajes por donde campean jabalíes y ciervos y donde podemos encontrar además algunas especies exclusivas. El parque se encuentra en el término municipal de Santa Elena y cuenta con unas 7.717 hectáreas. Las paredes verticales y pendientes de escalofrío dan lugar a paisajes excepcionales como "Los Órganos" donde las rocas de cuarcitas toman la forma de tubos gigantescos, "El Salto del Fraile" o "Las Correderas". No solo el río Despeñaperros que atraviesa el parque le confiere esa peculiar característica sino que además esta recorrido por otros pequeños ríos y arroyos donde aparecen bosques galerías formados por los típicos alisos, fresnos y sauces.La vegetación está perfectamente adaptada a las condiciones climáticas de sequía estival. Encinas, alcornoques, y también quejigos y robles melojos en las umbrías frescas y húmedas como la del Collado de la Estrella, son las especies arbóreas más representativas, aunque también hay pinos piñoneros, carrascos y negrales que proceden de repoblaciones. El matorral se compone de madroños, brezos, jaras, mirtos y coscojas. Existen además alrededor de 30 especies cuya distribución en todo el mundo no sobrepasa los límites del parque.Gran cantidad de especies de aves habitan en Despeñaperros, desde el águila imperial y el buitre leonado hasta los pequeños verdecillos, roqueros y collalbas. Aunque escasos por la desaparición de su hábitat característico o por la persecución que han sufrido durante años, todavía es posible encontrar en este paraje al lince ibérico o al lobo. Otros carnívoros también frecuentes son el zorro, el meloncillo y el gato montés.Pinturas rupestres
El hombre ha ocupado este territorio desde tiempos remotos como lo demuestran los restos del neolitico encontrados en el Santuario ibérico de la Cueva de los Muñecos, en el monte Collado de los Jardines, o las pinturas rupestres encontradas en las Cuevas de las Vacas del Rematoso. En la zona norte del Parque, en el paraje conocido como Aldea Magaña, existe un caserío del siglo XVIII de la época de las repoblaciones llevadas a cabo en este territorio durante el reinado de Carlos III. En las proximidades de Despeñaperros y a lo largo de la historia se han librado batallas decisivas como la de las Navas de Tolosa en 1212.