El dolor de cabeza se trata eficazmente con analgésicos o regulando el sueño, pero si se prolonga, se vuelve incapacitante y, sobre todo, si se presenta de forma repentina y como "el peor dolor de cabeza de tu vida", debes acudir al médico porque podría tratarse de algo más grave, como un infarto cerebral o ictus. Éste se produce cuando un vaso sanguíneo que lleva sangre al cerebro se rompe o se tapona por un coágulo u otra partícula. Como consecuencia, una parte del cerebro no recibe el flujo de sangre que necesita y las células nerviosas se quedan sin oxígeno, lo que puede ocasionarles lesiones serias e incluso la muerte. El ictus es responsable de más fallecimientos que cualquier otra patología en las mujeres y también es una de las que deja peores secuelas.No siempre es fácil identificar esta patología puesto que muchas veces no causa ningún dolor hasta que se ha producido el daño. Sin embargo, ante un dolor de cabeza repentino, sensación de debilidad en las extremidades, pérdida de visión o torcimiento de boca, hay que llamar de inmediato a emergencias o acudir a un centro hospitalario. La actuación del neurólogo durante las primeras tres horas es vital para recuperar antes las funciones neurológicas y lograr una mayor supervivencia. De lo contrario, las lesiones que no se traten en ese tiempo pueden ser definitivas.Un avance clave han sido las unidades de ictus de los hospitales. Cuentan con un especialista en neurología y el acceso inmediato a pruebas de TAC, resonancia magnética y laboratorio. Su existencia es muy importante para acelerar el proceso de curación y reducir las secuelas y complicaciones. Por tanto, si sospechas que tú o un familiar puede estar sufriendo uno, comunícalo al llamar a emergencias para que la unidad de ictus más cercana esté avisada.