Después de la gran noticia, lo que tienes ante ti es un largo recorrido en el que tu cuerpo y las transformaciones que va a sufrir se convierten en el eje de tu vida cotidiana. La tripa que se redondea, el pecho que aumenta, el olfato que parece haberse desarrollado como si fueras un perfumista de elite… La mejor forma de adaptarte a tantos cambios es conociendo de antemano lo que va a sucederte, así podrás adelantarte a los problemas potenciales y prevenirlos. Te explicamos cómo hacerlo.RostroÉchale la culpa a las hormonas; a ellas se debe tanto lo bueno ?esa sensación de plenitud, la belleza que irradias? como lo malo. En el caso de tu cara, esto se traduce en dos problemas básicos: la falta de agua y las manchas.- Deshidratación: Durante la gestación se producen grandes variaciones hormonales y tu piel se transforma. Algunas provocan una disminución del nivel de grasa; otras estimulan la acción de las glándulas sudoríparas, lo que favorece una mayor pérdida de agua. Esta combinación da lugar a que la dermis de la cara se vuelva más seca y sensible, y que disminuya la resistencia cutánea. Combatirlo implica el sencillo gesto de la hidratación diaria. Además, incluye en tu neceser productos con aceites naturales de alto poder hidratante, como el de rosa mosqueta o el de almendras dulces.- Manchas: También de origen hormonal es la acumulación y gran actividad de la melanina que se produce en tu piel. El resultado suele ser lo que se conoce como cloasma del embarazo: unas manchas de color marrón amarillento que aparecen en todo el cuerpo, pero son especialmente perceptibles en la cara. Esta pigmentación anormal desaparece cuando finaliza la gestación. Mientras tanto, ten mucho cuidado con el sol porque puede intensificarlas. Ahora que llega el verano lo mejor es que uses pantalla total en la playa y una protección mínima de SPF 30 para ir por la calle.CuerpoLos meses de embarazo constituyen una dura prueba para el tono muscular. El aumento de peso, el crecimiento de las glándulas mamarias y el incremento del caudal de circulación sanguínea tienen consecuencias en tu aspecto. Prepara la piel del abdomen y el pecho para que gane en elasticidad y procura que tus piernas no se recarguen demasiado con la ayuda de masajes y unos sencillos ejercicios.- Estrías: Son la "marca de la casa" de un embarazo y, una vez más, las hormonas son sus responsables directas. Y es que debido a su acción, las fibras de colágeno y elastina, que son las que aseguran la estructura y la elasticidad de la piel, pierden fuerza. Cada centímetro que se añade a tu cintura o a tu pecho aumenta la tensión de estas fibras en las capas más profundas de la piel y, al final, se acaban rompiendo. Esto genera una cicatriz visible en la superficie: la estría, una línea que primero adquiere un tono rojo-violáceo y luego se vuelve blanca. Prevenirla pasa obligatoriamente por proporcionar a la dermis nutrición en profundidad. Empezar cuanto antes a aplicar productos específicos ayuda considerablemente a evitar su aparición.- Sequedad: Además de las estrías, el estiramiento a que el crecimiento del abdomen somete a la piel de esa zona puede acabar causando cierto resecamiento, e incluso pequeñas descamaciones. Una estrategia dermatológicamente correcta incluye el uso cotidiano de productos con alto poder nutritivo para mantener la dermis elástica.- Piernas pesadas: El retorno venoso y linfático desde los pies hacia el corazón es menos eficaz, lo que da lugar a la sensación de pesadez en las piernas. Date productos con fórmulas descongestionantes y haz ejercicios para favorecer la circulación. Éste, por ejemplo, resulta muy eficaz: Recostada sobre el sofá en un postura que te resulte cómoda, estira las piernas y dibuja pequeños círculos con los dedos de los pies, hacia dentro y hacia fuera.CabelloEl incremento de progesterona hace que crezca más rápido y se mantenga brillante durante el embarazo. Los problemas, cuando los hay, se producen después.- Caída: Como resultado del cambio hormonal en los ciclos del folículo piloso ?que entra en reposo en el momento de dar a luz?, algunas mujeres sufren alopecia post-parto, una caída del cabello que se produce dos o tres meses después de haber tenido el niño. Si es tu caso, el dermatólogo te puede indicar un tratamiento específico.