Si quieres una piel sana, bella y suave durante todo el año, la exfoliación es un paso básico para conseguirlo. Es práctico para renovar la epidermis y conservarla en buen estado y resplandeciente. Sirve para eliminar las células muertas que se acumulan en la superficie de la piel impidiéndole respirar. Las células de nuestra piel se multiplican, mueren y se renuevan. La exfoliación acelera este fenómeno natural estimulando la regeneración celular y la microcirculación sanguínea de superficie. La piel retoma su suavidad y flexibilidad.
¿Cuál exfoliante elegir?
En gel o crema, con mini bolitas exfoliantes, en bote o tubo… Hay para todos los gustos y todas las pieles:
- Para el rostro, son preferibles las texturas suaves con un exfoliante biológico (ácido salicílico), polvo de hueso de albaricoque, bolitas/granos de jojoba, microperlas de silicio (vegetal) o cetrino (mineral).
- Para el cuerpo, utiliza exfoliantes más fuertes, con fibras naturales, cristales de sales marinas o camomila.
Es importante también elegir el exfoliante teniendo en cuenta nuestro tipo de piel: si es grasa o mixta conviene escoger un exfoliante oil free, en formato sérum o gel. Si tu pìel es normal o tirando a seca, lo mejor es elegir una textura más cremosa. Hay exfoliantes específicos que ayudan a regular el sebo de la piel, así como otros adaptados a las pieles más maduras.
Cómo utilizar el exfoliante
- Para el rostro, hazlo del interior hacia el exterior, descendiendo hacia el cuello y el escote. Acláralo con agua tibia o bien con agua micelar aplicada sobre un disco desmaquillante.
- Para el cuerpo, hazlo desde los hombros hasta los pies pasando por la espalda, el pecho (con cuidado, que es una zona sensible), el vientre, los muslos, las nalgas y las piernas. Acláralo con una ducha templada y acaba con un chorro de agua fría para tonificar.
¿Con qué frecuencia?
Todo depende del tipo de piel. Para el cuidado facial de las pieles secas y sensibles, una exfoliación cada quince días es suficiente; para una piel normal, una vez a la semana; y, para una piel grasa, dos veces a la semana.
Tip: para exfoliar el cuerpo, también puedes utilizar accesorios, tipo peeling natural, como la loofah o lufa (esponja vegetal, extraída de una planta trepadora tropical), o kassa (guante de crespón negro utilizado en los hammams).
Ahora que ya sabes todos los secretos de la exfoliación… ¡manos a la obra!