- ¡Oh, glorioso san Antonio! A quien Dios ha elegido como intercesor nuestro en los apuros y pérdidas de la vida material, y como protector de los pobres ante los ricos. Protégenos con tu favor en todas las necesidades y enredos de nuestra vida, danos sincero amor de los pobres, mucha confianza en Dios y alto aprecio de la vida eterna, a la cual se ordena toda la vida temporal.
- ¡Oh, admirable y esclarecido protector mío, san Antonio de Padua! Siempre he tenido grandísima confianza en que me habéis de ayudar en todas mis necesidades, rogando por mí al Señor a quien servisteis, a la Virgen santísima a quien amasteis y al divino Niño Jesús que tantos favores os hizo. Rogadles por mí, para que por vuestra poderosa intercesión me concedan lo que pido.
- Oh, glorioso san Antonio, yo bendigo al Señor que te hizo aparecer en el mundo para bien de la humanidad. Dios te complació en derramar sus dones por tu conducto y valiéndose de ti, se mostró padre cariñoso y solícito de los mortales. Cuántos desconsolados recurrieron a tu caridad para que les dieras alivio en sus penas. Tú alcanzaste con tus oraciones que las cosas perdidas fueran halladas que se restableciera en los matrimonios la paz. Lograste ser llamado el santo de los milagros por el gran número de ellos que Dios obró por tu medio para remediar las miserias y necesidades de las almas.
- Oh, glorioso san Antonio patrono de los enamorados, te pido que intercedas por la unión y reconciliación entre (el nombre de la persona) y (tu nombre). Oh, glorioso san Antonio te pido que quites de su mente todas las dudas que paralicen el verdadero amor entre los dos. Tú que haces que las cosas perdidas sean halladas, haz que recupere a (el nombre de la persona). Tú que haces que las propuestas sean aceptadas, haz que vuelva a aceptarme. Tú que restableces en los matrimonios la paz, concédeme la reconciliación y el perdón con (el nombre de la persona). Te pido san Antonio, que unas con tus lazos de amor, nuestras almas y nuestros cuerpos para que seamos uno solo, y no permitas que nadie pueda separarnos, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Rezar nueve días la oración con fe, con un Padrenuestro y un Ave María, encendiendo una vela color rosa.