Como cada 8 de marzo, este año se celebra el Día Internacional de la Mujer. Porque mujeres trabajadoras son todas las mujeres. Pero, ¿cuántos años más será necesario mantener un día en el calendario para reivindicar los derechos de millones de mujeres en el mundo? En palabras de Cristina Almeida, “es un día para tomar conciencia de lo que las mujeres hemos conseguido y del camino que nos falta por recorrer”.El trayecto es largo y todavía queda mucho por andar. Hombres y mujeres aún no somos iguales. Lo gritan desde hace años los colectivos feministas y sólo hay que mirar las estadísticas:- Las mujeres desempeñan las profesiones peor remuneradas, suelen tener empleos a tiempo parcial y ganan menos.- Las mujeres cobran en la UE un 15% menos ?en España la diferencia ronda el 30%- y tienen serias dificultades para conciliar vida familiar y profesional.- Las mujeres directivas en España representan sólo el 3% de la población activa.- Las mujeres trabajadoras se concentran en un número limitado de sectores productivos, como la educación, la salud o la administración pública.- Según la Encuesta de Población Activa, en 2004, 119.200 personas abandonaron su puesto de trabajo por razones familiares; el 93,2% eran mujeres.- Un 18% de mujeres sufre acoso sexual en el trabajo.- La tasa de desempleo femenina sigue prácticamente doblando a la masculina.- Dentro del alumnado universitario, las mujeres son mayoría y son más las que se licencian.- De cada 100 horas no remuneradas, 80 corresponden a mujeres. Sin embargo, de cada 100 horas pagadas, sólo 30 las perciben mujeres.- Las mujeres con escaño en España no alcanzan el 30%.- Durante el año 2005, 63 mujeres murieron a manos de sus maridos, novios o ex cónyuges.El Anteproyecto de la Ley de Igualdad pretende establecer algunas medidas laborales, políticas y sociales con el objetivo de evitar esta evidente discriminación. Así, reconoce el derecho a la conciliación de la vida personal y laboral, el fomento de una mayor corresponsabilidad entre mujeres y hombres en la asunción de las obligaciones familiares, y fija medidas para prevenir el acoso sexual en el trabajo. La norma instituye una representación equilibrada entre mujeres y hombres en todos los ámbitos.”Nos queda un largo camino que recorrer juntas para exigir el derecho a la igualdad real y efectiva de oportunidades. Estoy también convencida de que la inmensa mayoría de los hombres nos acompañarán en el recorrido de este camino, que queremos que sea corto”,declaraba en su presentación la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.EstereotiposMientras, y a pesar de la incorporación de las mujeres al mercado laboral, la publicidad nos sigue tratando como objeto sexual y como si el hogar fuera nuestro hábitat natural. El hecho de presentarnos casi siempre en uno u otro contexto significa seguir acuñando en la conciencia colectiva como normal una u otra situación, en lugar de mostrar nuestro deseo de desempeñar un papel protagonista en la sociedad en la que vivimos.Por otro lado, comienzan a verse también otros estereotipos femeninos que difunden como imagen ideal la de una mujer autónoma, respetada, valorada por su trabajo y bella. Pero en realidad, este tipo de anuncios ponen su énfasis en la belleza. El resto de las cualidades aparecen como una mera consecuencia de ella. Además, frecuentemente se trata de secretarias, enfermeras o azafatas que trabajan, cómo no, subordinadas a las órdenes de un hombre.En estos casos a pesar de presentar a la mujer incorporada al mercado de trabajo tampoco nos alejamos de los valores de sometimiento a los hombres ni de la función de ama de casa, siempre preocupada por los demás. No se trata de enfrentarnos a los hombres, sino de exigirles mayor implicación en sus tareas como padres o familiares de personas dependientes.Y es que el mundo de los negocios y la toma de decisiones no parece que sea muy asequible para la mujer. Por ello tampoco es real otro tipo de estereotipo de mujer en el que ésta aparece en igualdad de condiciones frente al hombre.Aún así, junto a este modelo surge otro que suma las características de cualquiera de los dos anteriores con las del ama de casa. Intenta reflejar una realidad muy común: la de la mujer trabajadora que cuando llega a casa ha de realizar las tareas del hogar. Es la de una mujer incansable que, tras una dura jornada de trabajo llega feliz y deseosa de complacer a su marido y a los niños.En cualquier caso, la publicidad no refleja con toda fidelidad a la verdadera mujer ya que la representa o bien subordinada al hombre o bien como una ?superwoman? guapa, con éxito social y profesional, una imagen bastante alejada de la realidad.Vida familiar y vida profesionalLa publicidad es un reflejo a su vez de la sociedad. Para alcanzar la igualdad es imprescindible reducir las diferencias que existen por razón de género en el mercado laboral. Pero para ello es preciso ir hacia un reparto más equitativo en las responsabilidades familiares y domésticas, y mejorar los dispositivos de atención de las personas dependientes.La futura Ley de Igualdad quiere evitar que la maternidad y paternidad sean un lastre para la vida laboral. Por ello amplía el derecho a solicitar una excedencia hasta que el hijo cumpla los 8 años (actualmente, hasta los 6) y los dos primeros años se considerarán cotizados (hasta ahora era sólo el primero). Además, se reduce a cuatro meses la duración mínima de la excedencia voluntaria y se amplía de uno a dos años la excedencia para cuidar a un familiar. Por su parte, la reducción de jornada ?que implica reducción proporcional del salario- no afectará a la base reguladora de la prestación por desempleo ni a las indemnizaciones por despido.Objetivo del MilenioEstos son los pequeños avances que día a día se producen en nuestro entorno. Entre tanto, en los países menos desarrollados, las niñas siguen estando rezagadas respecto de los niños en la matriculación escolar. En Corea del Norte se engorda a las mujeres durante tres semanas hasta que se subastan entre miles de solteros chinos que compran esposas esclavas. Y así un largo etcétera.Por ello, en la Cumbre del Milenio del año 2000 que reunió a 191 países, dentro de la Declaración del Milenio y de sus ochos objetivos de desarrollo centrados en el ser humano se encuentra la igualdad entre géneros. Deberán ser alcanzados antes del año 2015. Veamos cuáles son:- Erradicar la pobreza extrema y el hambre.- Lograr la enseñanza primaria universal.- Promover la igualdad entre géneros y la autonomía de la mujer.- Reducir la mortalidad infantil.- Mejorar la salud materna.- Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades.- Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.- Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.