La realidad de independizarse
Desde que somos pequeñas, fantaseamos con cómo sería vivir lejos de las reglas y el control de nuestros padres. Quizá esta idea llegue más tarde o temprano en la mente de cada cual, pero cuando aparece, es difícil deshacernos de ella cuando ya estamos en edad de valernos por nosotras mismas.
El choque de poderes que se da entre los miembros adultos de una familia viviendo bajo el mismo techo a veces es insostenible, incluso cuando generalmente nos llevemos bien con nuestros padres y hermanos. Si a esto se une la posibilidad económica de poder vivir de manera independiente y tenemos el plan de hacerlo…¡a volar se ha dicho!
Sin embargo, independizarnos y vivir bajo nuestros propios términos puede no ser tan ideal como suena. Nuestra independencia trae consigo muchas satisfacciones, pero también muchas responsabilidades que debemos estar dispuestas a enfrentar.
La renta del espacio que ocuparás, el pago de servicios básicos, tu alimentación, y la limpieza y orden en el que vivas, ya no serán algo que simplemente puedas dar por sentado pues serán completamente tu responsabilidad. Claro que esto ya lo sabías, pero por mucho que lo tengas planeado, la realidad siempre supera nuestros planes así que por mucho que lo desees, debes estar consciente que al principio puede no resultarte tan fácil asimilar todos los cambios que trae consigo tu añorada independencia.
Si a todo esto sumamos que quizá estés esperando vivir una vida social desenfrenada ahora que te liberaste de las reglas de tus padres, quizá debas revalorar esta idea. La mayoría de quienes se independizan comprenden pronto lo cansado que puede ser trabajar para mantenerse a uno mismo y la responsabilidad que esto conlleva. Además, ya sea porque tú misma te encargues de las labores de limpieza de tu nuevo hogar o le pagues a alguien más por hacerlo, te lo pensarás dos veces antes de ofrecer tu casa como el nuevo antro de moda entre tus amistades.
¿Aún sigues pensando que independizarte es buena idea? Si es así, felicidades. Con todo y la realidad de las responsabilidades y el posible desengaño de nuestras expectativas, la independencia es una experiencia que te hará crecer muchísimo como persona y con la que aprenderás a conocerte mejor.