Las reducidas dimensiones de un dormitorio no tienen por qué impedir que el habitáculo se acondicione como un espacio íntimo, luminoso y lleno de encanto, sacando el máximo partido a los metros disponibles. Los detalles son los grandes protagonistas a la hora de conseguir una atmósfera sosegada.Un gran ventanal llena de claridad y de luz al dormitorio principal, destacando la perfecta conjunción de los delicados visillos con las cortinas que revisten todo el ventanal y matizan la luminosidad de la dependencia. Junto a la disposición de la luz sobresalen los complementos significativos y múltiples detalles.La cama es la pieza que preside el habitáculo, destacando su cabecero de hierro forjado que se ha pintado en un tono verde oscuro. El mueble permanece flanqueado: por un lado, por una pequeña y coqueta mesilla de nogal y por otro lado, por otra mesilla de modelo "revolving".También llaman la atención el conjunto de apliques que combinan el mimbre y el hierro forjado. Para el pavimento se ha optado por una alfombra de sisal de algas, que proporciona una pincelada de naturalidad. Otro complemento no menos destacado se centra la colocación de un sillón tapizado de estilo Luis XV, que aporta la nota clásica del conjunto.Para empezar hay que resaltar que el dormitorio de la fotografía dispone de un acceso directo a la terraza exterior, gracias a la gran puerta corredera con cristal transparente, ganando en un interior más luminoso y con unas vistas muy naturales. Otro punto importante se encuentra el papel estelar de un tejido como el lino, que se ha empleado para revestir estores y cortinas, así como la ropa de cama.Para rematar todo el conjunto, las paredes combinan el color blanco con un papel pintado a rayas en tonos suaves, que coordinan a la perfección con la selección de textiles del dormitorio. Esta mezcla de color blanco y papel pintado realza el ambiente relajado y luminoso.Si existiera un problema de espacio podría prescindirse de las habituales mesillas de noche, y en su lugar, optar por colocar una alta estantería de obra, que además de funcionar como cabecero, serviría para guardar diferentes objetos personales y para ubicar lámparas, cuadros y otros complementos. Esta estantería puede recorrer toda la pared del habitáculo, acentuando su talante funcional.