Líneas puras. Minimalismo y diseño conjugan a la perfección. Por eso predominan en algunos amplios y luminosos lofts, donde se busca un espacio extenso para poder reestructurarlo a medida y lograr una vivienda muy personal.Es válido cualquier antiguo local, mejor si está bien situado. Con la ayuda de arquitectos y decoradores puede reconvertirse en una luminosa y diáfana vivienda llena de estilo.El color blanco rige la decoración, tanto en las paredes, como en los suelos y los techos, a excepción del gris antracita que en esta vivienda en concreto se ha escogido para la zona del comedor. La casa se organiza en dos alturas: en la parte superior, a nivel de calle, se encuentran el comedor, la cocina, el baño y el dormitorio de invitados; y en el inferior, el dormitorio principal, el vestidor y el baño.En el salón, sencillez y diseño. Un inmenso sofá lo preside. Junto a la cocina, con encimera integrada de acero y muebles de madera lacada en gris, el comedor que contrasta debido al color antracita de sus paredes.En el dormitorio, aires japoneses. Sobre una estructura de madera, un futón se convierte en la cama principal. En un lateral, una mesa de trabajo hace la veces de minidespacho.El baño amplio y sencillo. Una ducha abierta se halla junto al lavabo y un cristal separa esta zona del inodoro. El suelo de la planta inferior está cubierto de una moqueta gris que aporta calidez.Nos encontramos ante una corriente contemporánea, más simple y liviana, que incorpora un ambiente en equilibrio.