Los cambios que se han producido en la alimentación en los últimos años se alejan de la dieta mediterránea que deberíamos tener:
La dieta mediterránea es rica en pastas, verduras y frutas, al consumir un gran número de legumbres el porcentaje de hidratos de carbono es el adecuado, son frecuentes platos como lentejas, garbanzos y alubias.
El pescado se consume con la misma frecuencia que la carne, aumentando con ello el consumo de grasas poliinsaturadas frente a las saturadas. La combinación de estos nutrientes es la adecuada en esta dieta y en muchas ocasiones el método de preparar las comidas y el uso de especias favorecen la digestión de estos alimentos.
CONSEJO
Antes de plantearte seguir esta dieta deberás consultar con tu médico. En general, los niños, las mujeres embarazadas y las persona en tratamiento médico continuado deberán abstenerse de llevar a cabo este tipo de regímenes.