Cuando el verano acaba, nos enfrentamos a la cruda realidad ante el espejo: esos kilillos que hemos ganado. Por ello, tras los excesos alimenticios cometidos, los expertos recomiendan seguir la dieta mediterránea y controlar el peso de manera rutinaria para prevenir su aumento. Es imprescindible llevar un orden en las comidas, no comer entre horas y buscar el equilibrio de los alimentos que se ingieren. GUÍA PARA RECUPERAR LOS HÁBITOS ALIMENTARIOS PREVACACIONALES
Entre otros consejos, ingerir alimentos que no tengan un alto poder calórico, incluir pocas grasas animales, consumir más carne roja que blanca, más pescado que carne y cocinar mejor a la plancha que con condimentos grasos. Tal y como dicta la dieta mediterránea, no solo se trata de adelgazar sino que además hay que estar atentos a los factores de riesgo cardiovasculares, diabetes, hipertensión e incluso se ha visto un efecto anticáncer con ella. Pero no olvidemos, todo esto ha de combinarse con actividad física cotidiana para que el balance calórico no sea positivo.DIETA Y RENDIMIENTO INTELECTUAL
La obesidad es un problema que no sólo tiene connotaciones biológicas. También favorece las diabetes, el riesgo cardiovascular, apnea del sueño, el cáncer, hipertensión, etc. y provoca sino que también provoca alteraciones en el estado de ánimo”.
Existe una relación bilateral entre la obesidad y las patologías clínicas como los cuadros depresivos o la ansiedad, es decir, “las personas obesas tienden a desarrollar estas patologías que les pueden generar problemas en su entorno de trabajo, pero al tratarse de una enfermedad bilateral, las personas con patologías psiquiátricas propenden más a desarrollar obesidad”, detalla el doctor.
Asimismo, “la propia estigmatización que se hace en la sociedad de las personas con obesidad puede tener un impacto notable en el rendimiento intelectual y en el rendimiento escolar de los niños”, concluye el expertoPonte en forma después de verano y quítate esos kilos que has cogido