Cuando pensamos en lechugas pensamos en ensaladas, resulta difícil pensar que a éste vegetal se le pueda dar un tratamiento distinto al de servirlas como ensalada, no es que las ensaladas no sean interesantes o poco variadas, pero de cuando queremos diferentes maneras de comer lechuga. A éste, uno de los vegetales cuya domesticación fue privilegiada por el hombre, se le puede dar muchos tratamientos pues sus tonalidades en ocasiones amargas, ácidas o su incomparable frescura permiten grandes juegos en la cocina.
Con estas 4 recetas no volverás a ver la lechuga de la misma manera:
Rollitos de carne rellenos en salsa de chile cascabel
Que no se diga que solamente los veganos o vegetarianos comen lechuga. Los amantes de la carne encontrarán un gran aliado en esta hortaliza. Aunque siempre es más sencillo enrollar la carne por fuera, puedes intentar dejarla al centro y que sea la lechuga la que envuelva la carne. Algo así como tu propia versión de hojas de parra con su respectiva dosis de picante.
Salmón Wellington con lechuga cremosa
Uno de los peores clichés que sufre la lechuga es el considerarse un alimento fresco, casi exclusivo para los días calurosos. Con esta receta, la lechuga adquiere una consistencia cremosa sin volverse pesada. Aunque esta receta está pensada para acompañar el salmón, puedes utilizar la lechuga de la misma manera para rellenar empanadas o cualquier tipo de hojaldre.
Dip de lechuga con queso azul y arándanos
La lechuga suele ser el ingrediente principal para las entradas, pero su textura crocante también la hace ideal para algunas botanas. El queso crema con el queso azul es una combinación hecha en el cielo, desafortunadamente, ambos son ingredientes muy pesados. Al agregar unas hojas de lechuga a esta mezcla, aligeras el dip y le das una textura diferente.
Pechugas rellenas de lechuga y jitomate deshidratado
El pollo y la lechuga son una de las parejas consentidas de la cocina, pero su combinación no se limita a los wraps, club sándwich o ensalada césar. En lugar de cortarla y ponerla a un costado del pollo, prueba rellenando el ave con unas hojas frescas. El agua de la lechuga mantendrá la carne del pollo suave, además de que aligerará el sabor del queso de cabra.