Vuelven a ser un quinteto. La Oreja de Van Gogh, todo un referente en el pop español, ya tiene nuevo disco, "A las cinco en el Astoria". Ese es el título del álbum que la semana pasada se puso a la venta tras haber copado las listas de éxitos con el single "El último vals", tema que supuso la presentación en sociedad de la vocalista del grupo, la donostiarra Leire Martínez, de 28 años. Pablo, Álvaro, Xabi y Haritz nunca se plantearon disolver el grupo a pesar del abandono de Amaia Montero. El resultado, un trabajo que les ha devuelto la ingenuidad con la que comenzaron.Leire, ¿qué tal su nueva vida?Muy bien. Esto es lo que había estado buscando durante mucho tiempo. Surgió en un momento clave de mi trayectoria personal. Me vino como caído del cielo.¿Le molesta que le comparen con la ex vocalista?Lo llevo bien. Me parece natural que me comparen con ella porque la gente está acostumbrada a una voz. Yo haría lo mismo, por eso intento quitarle hierro al asunto.¿Podría valorar el trabajo de Amaia?Sólo sé que me ha dejado el listón muy alto. Es una gran profesional y su voz en un referente del pop español. Ella hizo muy bien su trabajo y supone un reto. No pretendo ni igualarla ni superarla sino hacerlo lo mejor que pueda.La Oreja de Van Gogh ha estado en lo más alto durante los últimos 12 años. ¿Siente vértigo, Leire?No exactamente. Tengo incertidumbre más que otra cosa. Me pregunto mucho qué pasará o cómo se lo tomará la gente. Soy nueva en este mundo y hay muchas cosas que desconozco, pero para eso tengo a mis chicos, para que me echen una mano.¿A qué canción le tiene más cariño?A todas. El primer reto fue el single, El último vals. Fue la primera toma de contacto y con la primera que me enfrenté a la situación.Jueves, el homenaje a las víctimas del 11-M, ¿un tema difícil?Sí. Yo siempre intento entender la letra y el sentimiento de las canciones, así me resulta más fácil transmitirlo. Ésta canción me afectó y cantarle significó mucho para mí.