Terelu Campos ha empezado el curso televisivo colaborando en dos programas. Por su lado, "Locos x Madrid", de la cadena de Vocento Onda 6 TV, con entrevistas o actualidad; y la noche de los sábados, en la mesa de opinión de "La noria" de Telecinco. Es difícil separar a la periodista del personaje que con tanta voracidad es objetivo de la prensa rosa, directa o indirectamente. Su popularidad le está pasando una costosa factura, pero sigue adelante porque al sopesar en la balanza puede más hasta ahora su vocación profesional, según mantiene.- ¿Usted continúa en la pequeña pantalla por vocación?Totalmente. Me gusta hacer mi trabajo, sin lugar a dudas, y me entrego a él en cuerpo y alma. Lo que pasa es que viviendo determinadas cosas, pues sí que en algún momento tenso o injusto he pensado que ojalá me hubiera dedicado a otra actividad. Pero siempre son momentos puntuales en los que estimas que se están vulnerando tus derechos constitucionales como ciudadana.- Se está refiriendo al acoso de la prensa rosa?Evidentemente.- Es difícil que personajes públicos, que están en los medios de comunicación, puedan vivir aislados de ese efecto que da la popularidad.Eso es algo que uno asume. No me preocupa en exceso que cuando hagas un trabajo público la gente quiera saber algo más de tu vida. Entra dentro de lo normal. Pero pasarse de la raya ya no lo es, en ningún aspecto de la vida. Un personaje público también tiene derecho a la intimidad.- Ahora hay poco campo en la televisión para el magacín genuino. Casi todo se empaña de tertulias rosa o que bordean estos ingredientes?Sí he notado un pequeño cambio en los últimos meses, desde el verano, con la desaparición de algún programa de ese tipo y el nacimiento de otros. Sin embargo, muchas veces pasa que desaparece un espacio de este corte para trasvasarse a otra cadena. Bueno, espero que poco a poco se vaya recobrando la normalidad, que no pasa por hacer programas aburridos, porque se puede dar información rigurosa y a la vez entretenida y divertida. El insulto no es divertido. Esta profesión es dignísima, de grandes profesionales, que son los primeros que deben reivindicar todo eso en su propio beneficio.- El argumento rosa puede que sea una moda que pase?No le tengo yo muy claro. Hace años pensé que esto iba a menos y resulta que nos esperaban cosas peores.- Su trabajo en Onda 6 y "La Noria" consiste en hacer entrevistas y participar en tertulias?Un género que he trabajado mucho. La diferencia es que ahora estoy en una tertulia para opinar (La Noria) y antes lo estaba para moderar. Y las entrevistas las he vuelto a recuperar, después de presentar programas como "La granja".- ¿Qué es lo que le gusta más del periodismo?Todo. No me gusta encasillarme. Disfruto tanto si presento un magazín como un concurso. Y a mí no me ha importado presentar un programa en el que la crónica social fuera uno de los ingredientes, pero cuando las cosas eran más relajadas. Ahora bien, tertulia del corazón, no, no me veo en ese papel.- ¿Por dónde le gustaría orientarse profesionalmente?Nunca estaré en un programa donde destapen miserablemente las intimidades de determinadas personas con el único objetivo de lucrarse y hacer de eso su modo de vida. Ahora, eso no quita que haya personajes del mundo social que estaría encantada de entrevistar, como mi amiga Eugenia Martínez de Irujo o a Isabel Pantoja, una artista a la que han breado.- La profesión de comunicador tiene la peculiaridad de que muchos se convierten en personajes?Algunos. Muchas veces los demás deciden por ti que te conviertas en personaje. También depende del tipo de programa que hagas y del cariño que te tenga la gente.- ¿Es complicado desprenderse de la sombra de una comunicadora famosa como su madre?No es complicado ser la hija de María Teresa Campos ni una pesadez. Estoy muy orgullosa de serlo, es un lujo. La pesadez es que me lo preguntéis siempre. La cruz es la pregunta. Tengo 42 años, y a veces me tratan como si fuera la niña pequeña que entra a trabajar. Me lo voy a tomar desde el lado positivo. Llevo trabajando 20 años y tengo la conciencia muy tranquila. Sé lo que soy, y lo que no soy, también. Sé el trabajo que me ha costado estar donde estoy. Y el que te quiere hacer daño te lo hará siempre.