Los niños pequeños van descubriendo el mundo a través de todos sus sentidos.
El tacto es uno de ellos y por donde pasan van tocando todo. Es un instinto muy natural para ir descubriendo la diferentes texturas.
Tú puedes, a través del juego, mostrarle varias texturas que contribuirán al desarrollo cognitivo de tu hijo.
Al ir conociendo las diferentes texturas desarrollarás además su curiosidad por la ciencia, la exploración y de manera automática podrá analizar predecir lo que lo lleva al desarrollo de un nuevo vocabulario.
Te damos algunas opciones divertidas de texturas para que juegues con tu pequeño:
- Resbaloso
El sentir cómo se resbalan las cosas es muy divertido. Coloca jabón o aceite de cocina sobre papel aluminio haz que tu hijo meta la mano para que sienta esa sensación y que intente abrir la puerta a través de la perilla, será muy divertido.
- Escurridizo
En un recipiente coloca azúcar, sal y arena deja que los niños sientan el correr de los granos a través de sus dedos, con el dedo de la mano pueden dibujar su nombre o también puedes ocultar objetos pequeños y que los busquen.
- Blando
La sensación de blando también es divertida, usa globos de agua, masa de juego o almohada, la actividad consiste en experimentar con cambiar el tamaño y forma del objeto, puede ser aplastado o una bola pero que note cómo se llega a recuperar la forma.
- Áspero
Busquen una corteza de árbol o compra un papel para lijar o una fibra para lavar trastes, haz que tus hijos toquen y sientan la sensación de áspero y sin que se lastimen que froten su mano para que sepan lo que hacen esas texturas.
- Suave
Puedes usar piedras pulidas, plumas de aves o telas de algodón. Deja que tus hijos toquen con sus manos cada material y que recorran en varias partes de su cuerpo alguno de esos tres elementos.
Jueguen con texturas durante varias sesiones y refuerza el aprendizaje con preguntas sobre el tipo de texturas que ven en su vida cotidiana.