De negro y amarillo, el color de los taxis de la ciudad condal, Pasarela Barcelona ha adelantado casi un mes su apertura para coincidir con "Bread & Butter", la feria de moda urbana más importante de Europa y una de las más señaladas del mundo. La idea era aprovechar el tirón de un salón internacional procedente de Berlín, que desde el año pasado tiene su segunda sede en Barcelona y que cuenta con la nada despreciable cifra de mil periodistas acreditados y más de 30.000 visitantes.La nueva pasarela se estrenó en la sala anexa del Palau Sant Jordi, vestida para la ocasión de riguroso negro. «Una estética más "cool" que la anterior», según Antonio Miró. El fue, como venía siendo habitual, quien inauguró el programa. «Yo lo veo todo igual que siempre. La misma montaña de fotógrafos, la misma expectación. ¿Vosotros notáis algún cambio?», preguntaba el diseñador a la Prensa, terminado su desfile. Miró también aclaró que «es mentira que yo haya intentado pasarme a Cibeles. Sólo desfilé allí una vez y porque se trataba de un aniversario especial. Entonces lo dije y lo repito: soy catalán y mi sitio está aquí, en Barcelona». El modista también advirtió de que «no hay que temer a la financiación privada. Si la Generalitat recorta la subvención, no pasa nada. La pasarela de Nueva York está financiada íntegramente por una empresa y funciona bien».La segunda en presentar colección fue Totón Comella, que vistió con su lencería fina a la "top" internacional Eva Herzigova, convitiendo el rostro de la antigua chica "wonderbra" en gancho mediático de la jornada inaugural. «Conocí a Totón y a su familia en la Feria de Lyon y allí nos hicimos amigos», contó Herzigova, al tiempo que confirmó que planea dirigir un documental sobre su azarosa vida.