La penúltima jornada de la Pasarela Cibeles presentó diseños más arriesgados, que salieron airosos en el salón madrileñoLo tenía difícil el dúo Spastor, que presentó una colección sólo de hombre y con el negro como color fundamental.Y la bilbaína Miriam Ocariz, que después de escoger colores luminosos y las siempre difíciles chorreras demostró que lo barroco no está reñido con el buen gusto.Locking Shocking tienen un joven público garantizado que acoge con entusiasmo sus combinaciones de telas, mientras que Antonio Alvarado, que cerró la jornada, supo sacar partido a elementos de la corsetería clásica, que salen al exterior para adornar la ropa.