Los años ochenta, provocadores en esencia, pusieron de moda los vestidos skinny, que se ajustaban al cuerpo, exhibiendo sin pudor ninguno las curvas de la mujer, y dejando muy poco para la imaginación de los más perversos. Hoy en día el concepto de provocación ha cambiado sustancialmente. Así, los creadores de hoy en día toman como referencia las disciplinas artísticas del siglo XX planteando una serie de complementos imposibles que rozan con la más exquisita locura.En este sentido, los zapatos de tacón invertido de Marc Jacobs nos recuerdan la turbulenta mente de Salvador Dalí, mientras que los violines aplicados en el abrigo rosa candy de Viktor & Rolf se inspiran en el trabajó fotográfico de May Ray, basado en la corriente Dadaísta del siglo pasado.Por su parte, los espectaculares tocados que surgen de las colecciones del delfín de Vuitton y Alexander McQueen, buscan arrancarnos una sonrisa con un concepto de genialidad que toma a Isabella Blow -la fallecida directora de la revista Tatler- y el trabajo de Philip Tracy como punto de partida.La moda va más lejos si cabe. Del Sofá-Labios de Schiaparelli al retrete Fountain de Marcel Duchamp, pasando por el onírico universo de la artista belga René Margrite. Os mostramos el modo en el que los abanderados de la excentricidad han determinado el aspecto de las nuevas colecciones de primavera.