El síndrome de Tinderella podría ser el responsable de tu soledad
Las apps para ligar y conocer gente no siempre benefician nuestra vida social, a veces nos aíslan más y alimentan nuestras inseguridades.
No es nada malo tener alguna app para conocer gente y chatear con ellos, incluso conversar con algunos interesados en conocerte, el problema aparece cuando te ilusiona pensar en que detrás de la otra pantalla se encuentra el amor de tu vida, y al final, no logras concretar nada con ninguno.
Tampoco es una tragedia ni se trata de mala suerte, sino del síndrome ‘Tinderella’, un curioso y desconocido fenómeno que lleva ese nombre en honor a una de las aplicaciones favoritas de los solteros (y los no solteros): Tinder.
Esta sencilla aplicación geo social fue lanzada en 2012 a través de la cuál muchas personas han tenido más citas de las que habían conseguido a lo largo de su vida antes de probar esta red, pero como todo, también tiene sus contras, pues a lado de la sencilla e inmediata forma de hacer match con alguien más también se encuentra un perfil de características adornadas, exageradas y varias fotografías retocadas o engañosas.
Las psicólogas Jenny Stallard y Emma Kenny recuerdan que hay que estar conscientes de que coquetear con alguien a través de redes sociales o apps para ligar no garantiza el comienzo de una exitosa y duradera relación, al contrario, su uso constante o desmedido puede confirmar el terror que una mujer tiene de conocer a una persona de manera real, y por lo tanto, su miedo a comprometerse e involucrar sentimientos.
¿Crees padecer el síndrome de Tinderella?
Estas son algunas señales que te harán saber si padeces del síndrome:
- Te desenvuelves y te expresas de maravilla a través de las palabras en un mensaje, siempre sabes que contestar para enganchar al otro, sin embargo, en un lugar público te es difícil conocer y aproximarte a un extraño, el contacto cara a cara de estresa.
- Cuando te interesa un chico se vuelve rápidamente en obsesión, cuentas los segundos que tarda en responder tus mensajes, pero después de algunos días tu interés disminuye, lo que te emocionaba de él ya te parece tedioso y prefieres buscar a alguien más con quien hablar.
- Cuando logras concretar un encuentro con alguno de tus ligues por internet te llenas de ansiedad, no sabes como controlar tus inseguridades y prefieres cancelar el plan.
- Logras ver en persona a alguien pero te es imposible desenvolverte igual que lo haces a través de los mensajes, piensas que no te ves tan bien como en tu foto de perfil, que no eres tan graciosa y asumes que él ha perdido todo el interés en ti.
Las aplicaciones y la tecnología buscan facilitarnos la vida, sin embargo, las apps como Tinder, en lugar de ser un escalón para ampliar nuestro círculo social y conocer gente, se han vuelto la causa de una desintegración social que orillan a la soledad.