El día de la boda todas las miradas se centran en la novia, por lo tanto es mejor no recargar con demasiadas piezas de joyería. Las joyas deben ser discretas, han de ser un mero complemento del vestido y en ningún caso deben prestarle el protagonismo. Lo más adecuado es llevar para la ocasión unos pendientes y un colgante sencillo.La elección de las joyas que llevará la novia se hará en función del vestido (hay que tener en cuenta cómo es el escote, el color), el peinado, y por último de su personalidad.Vestido: Una vez que la novia ya ha elegido el vestido, se elige la joya en función de si tiene escote. Lo más adecuado es un colgante que no desentone por su tamaño y no llame demasiado la atención. Los pendientes se elegirán de acuerdo al peinado y si el escote es muy pequeño o carece de él, lo adecuado es llevar únicamente pendientes.Peinado: Si el pelo va recogido y el vestido tiene escote, se puede llevar unos pendientes largos y un colgante pequeño, que deberá ir en consonancia con los pendientes elegidos. En caso de que el vestido no tenga escote, es mejor evitar el colgante.Color de las joyas: El color de las joyas se elegirá en función del tono del vestido. Lo más recomendable es el oro blanco, sea cual sea el tono del vestido. Combina a la perfección con toda clase de vestidos.El oro blanco, el platino y la plata se reservan para los vestidos blancos ya sean, crudos, perlados, puros o diamante. Por el contrario, los tonos marfil o champán, piden joyas en tonos dorados.