Sí se puede morir de amor, un estudio lo afirma

Ya lo decía Miguel Bosé en la canción escrita por José Luis Perales: “Morir de amor, despacio y en silencio sin saber si todo lo que he dado te llegó a tiempo”, ¡ay dolor! Resulta que el origen de este mal se basa en una afectación provocada por  tristeza, angustia o una fuerte carga de estrés. La combinación de los síntomas termina por mermar la salud de quien tiene el corazón roto.

De hecho, existe y se llama síndrome del corazón roto. “La realidad es que no hay que tomarlo a la ligera. Morirse con el corazón roto deberá de tomarse en un sentido algo más literal”, advirtió el médico de la Unidad Servicio de Cardiología del Hospital General Marcelo Ramírez Mendoza. Una ruptura traumática o la muerte de la pareja puede causar daños, literalmente, en el corazón.

En una cuestión menos romántica, este síndrome es conocido como cardiomiopatía de Takotsubo y presenta síntomas similares a los de un ataque al corazón. Se basa en una fuerte descarga de catecolaminas al corazón, provocadas por tristeza, angustia o una fuerte carga de estrés. Las catecolaminas son neurotransmisores que se vierten al torrente sanguíneo.

El riesgo de sufrir el síndrome del corazón roto es más alto entre los 8 y 14 días después de la pérdida. A partir de ahí disminuye gradualmente el peligro. Sin embargo, el riesgo se mantiene relativamente alto durante el año siguiente, antes de volver a los latidos normales. Es decir, el duelo emocional podría estar acompañado de factores físicos anormales.

¿Cómo saber que tienes el corazón roto? Más allá de la cuestión poética del tema, dolor en el pecho, falta de aire, sudoración fría y palpitaciones son los primeros síntomas de un corazón roto. Según especialistas, el síndrome del corazón roto afecta principalmente a las mujeres, pues el 90 por ciento de los casos registrados son mujeres alrededor de los 50 años o que han pasado la menopausia.

Morir de amor sí es posible. Cuida tu corazón, literal y metafóricamente.