Los sueños nos comunican todo aquello que la mente consciente no puede aceptar, según Sigmund Freud. Sin embargo, según varios estudios los sueños pueden ser controlados e incluso traen grandes beneficios.
Cuanto más sueñas, menos dolor
Durante el período de descanso, atravesamos por diferentes etapas o fases. Una de ellas es la REM (de la frase en inglés rapid eye movement, por el movimiento de los globos oculares bajo los párpados), que es el período donde soñamos y captamos gran cantidad de información de nuestro entorno, debido a la alta actividad cerebral. En esos momentos, las sustancias químicas que generan el estrés dejan de producirse, por lo que el dolor se va.
Control de lo estamos haciendo en nuestros sueños
Cuando una persona es capaz de controlar lo que hace en sus sueños o lo que quiere decir, se le llama sueño lúcido. Una psicóloga de la Universidad de Harvard, Deirdre Barret, hizo una prueba con sus estudiantes: les pidió que eligieran un problema que no tenían resuelto y que pensaran en él antes de dormir. Después de una semana, la mitad de los chicos había tenido sueños vinculados con ese problema y el 25 % había encontrado alguna respuesta sobre la cuestión.
Los sueños borran los malos recuerdos
Mientras soñamos, la química cerebral vinculada al estrés se desactiva y el cerebro puede procesar las experiencias emocionales para borrar o suavizar las emociones dolorosas o desagradables almacenadas en la memoria.
Los sueños organizan la información del día a día
Mientras el cuerpo descansa, el cerebro soñador se encarga de ordenar la información importante, para luego guardar en la memoria permanente lo que considera relevante.
Los olores pueden afectar los sueños
Si estás completamente dormida, y en tus sueños sientes que todo cambia de bueno a malo o viceversa, puede que la respuesta esté en que estás oliendo algo desagradable o con un buen olor. (Huevo podrido o una rosa)
Ahora ya sabes algo más sobre los sueños, ¿sueñas todos los días?