El Gobierno ha dado luz verde y ha aprobado la nueva ley de la reforma laboral. Con ella se persigue ayudar a la creación de empleo y flexibilizar el mercado de trabajo. Pero esta no es la visión de los sindicatos. UGT y CC.OO. no han tardado en reaccionar, y han señalado que esta reforma traerá consigo un empeoramiento de la precariedad laboral, dado que los contratos fijos serán igual de vulnerables que los temporales.Como apuntan los sindicatos, esta nueva reforma se sustenta en un reducción de costes laborales para promover la competitividad, pero dejando de lado un incremento de la productividad a través de la formación y la innovación. Es por ello que las mujeres más jóvenes, sobre todo las inmigrantes, verán como su situación laboral se agrava con el aumento de la temporalidad, la facilidad de despido e incluso con la pérdida de derechos. Con este panorama, el grueso de la trabajadoras serán contratadas en prácticas, convirtiéndose en mano de obra barata.Aunque es cierto que se han reforzado las bonificaciones a las empresas que hagan contratos indefinidos al personal femenino, los más pesimistas vaticinan que echar mano de este tipo de ayudas es tan complicado que realmente pueden suponer más bien un freno que un incentivo, alejándose de la idea de alcanzar un empleo de calidad.Otro de los detalles a tener en cuenta radica en la disminución de las cotizaciones a la Seguridad Social, lo que implica una mayor inseguridad y más limitaciones de las futuras pensiones. Este apartado tendrá especial incidencia en las mujeres, que son preceptoras del 72% de las pensiones no contributivas.Además, la nueva reforma laboral también contempla una reducción de la jornada laboral, lo que se traduce en una rebaja del salario mensual de las trabajadoras.