Cuando nos miramos en el espejo sólo nos fijamos en nuestro aspecto exterior e, inevitablemente, nuestra mirada se centra en esas zonas de nuestro cuerpo que desearíamos mejorar. Sabemos que el ejercicio físico y la dieta equilibrada son nuestros mayores aliados para obtener una bonita figura, aunque no todo depende de dichos factores. Cada organismo es diferente y, por tanto, la forma de tratarlo también varía.Existen cinco hormonas que influyen de manera directa en nuestro organismo: GLP1, leptina, cortisol, hormonas tiroideas y estrógenos. La primera es la encargada de generar insulina -la hormona que regula la tasa de azúcar en sangre-, disminuir el vacío gástrico e incrementar la sensación de saciedad; y la leptina, producida por las células grasas de nuestro organismo, autorregula la ingesta de alimentos. Para controlarlas, aliméntate a base de la dieta mediterránea compuesta por verduras, pescado, aceite de oliva o legumbres que te ayudarán a segregar más hormonas GLP1. Además, dormir ocho horas al día te permitirá perder peso.El cortisol y la tiroides cumplen la función de hacerte engordar por eso es tan importante mantenerlas controladas, incluso por un endocrino. La primera es la hormona del estrés por la que nuestro cuerpo nos incita a comer alimentos grasos y azucarados y, a continuación, redistribuye la grasa hacia la zona de la barriga. La tiroides por su parte, libera hormonas que regulan el termostato de nuestro metabolismo, de manera que cuando su actividad es muy débil, quemamos menos calorías y nos sentimos fatigadas, destempladas y con la sensación de haber engordado dos o tres kilos. Para tenerlas bajo control, además de la inspección del endocrino, es importante practicar ejercicio regularmente y consumir alimentos del mar como crustáceos, ostras o pescado azul.La verdura, tu aliadaLa hinchazón del cuerpo se produce a través de los estrógenos que producen grasa y contribuyen a la retención de agua. Los productos vegetales y libres de grasas consumidos a partir del decimocuarto día del ciclo menstrual son muy recomendables; así como tomar una ración rica en glúcidos de absorción lenta dos o tres horas después de comer, para evitar el ansia de azúcar típica del síndrome premenstrual.