Según los datos recogidos en el último Congreso Internacional de Pacientes de Migraña, celebrado en Madrid en octubre de 2009, sólo en España hay más de cinco millones de migrañosos, de los cuales tres cuartas partes son mujeres. La Organización Mundial de la Salud sitúa la migraña entre las 20 patologías más discapacitantes.En España, el 12% de la población sufre migrañas y se estima que produce cerca de 20 millones de jornadas de trabajo perdidas al año, lo que supone un coste aproximado de 2.000 millones de euros sólo en nuestro país.Más de 1.500.000 de personas sufren más de 15 crisis de migraña al mes en España, y cerca del 70% de pacientes no está diagnosticado ni tratado. Son datos aportados por la Asociación Española de Pacientes con Cefalea (AEPAC) el pasado Día Internacional de Acción contra la Migraña.Esto conlleva a que un porcentaje mayor del 50% recurra a la automedicación ya que muchos pacientes no creen necesario consultar a un médico. En definitiva, la falta de control, la automedicación y el exceso de medicamentos favorecen la cronicidad de la migraña.Según se extrae de los resultados del estudio, dirigido por la Dra. Carmen Vidal, Catedrática de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona, un 48,8% de los individuos con esta dolencia presentaron un nivel de actividad DAO "muy reducido", mientras que el 95% de estos pacientes experimentaban, además, otros síntomas relacionados con patología no migrañosa compatible con intolerancia histamínica al consumir ciertos alimentos.La mayoría de enfoques terapéuticos para el tratamiento agudo de la migraña incluyen medicamentos que interaccionan con los receptores vasculares. A pesar de los progresos obtenidos hasta el momento, y debido a su compleja etiopatogenia, la enfermedad permanece infradiagnosticada y algunas veces infratratada. Los últimos estudios sobre tratamiento focalizan la necesidad de hallar nuevos enfoques que incidan sobre los mediadores bioquímicos de la enfermedad.Uno de los más significativos es la histamina, que puede tener un efecto inhibidor de la respuesta neurogénica de la migraña. Esta sustancia se encuentra en prácticamente todos los alimentos que forman parte de la dieta cotidiana.