El especialista Víctor Medina Ramos aseguró que la prematurez, incompatibilidad sanguínea con la madre, infecciones o diabetes durante el embarazo, son factores para el desarrollo de hiperbilirrubinemia en el recién nacido, condición que puede ocasionar complicaciones graves en el bebé.
El jefe de Pediatría del Hospital General de Zona con Medicina Familiar explicó que el exceso de bilirrubina en la sangre trae consecuencias severas para el bebé.
Entre ellas citó a la encefalopatía que puede derivar en afectación de los ganglios basales y originar manifestaciones como rechazo al alimento, hipotonía (debilidad muscular) e incluso inmovilidad, somnolencia, además de crisis convulsivas y en casos muy severos llevarlo a estado de coma.
Añadió que en edad preescolar puede advertirse un severo deterioro neurológico que ocasione retraso mental, así como en el desarrollo físico y psicomotriz, por lo que este problema debe atenderse de forma oportuna y adecuada.
De hecho se considera una emergencia médica que debe ser atendida en las primeras horas de vida del infante, dado que lo más frecuente es que tras 24 horas de nacido su piel se torne amarillenta por lo que de inmediato se deben practicar estudios para descartar hiperbillirubinemia en sangre, advirtió.
Medina Ramos señaló que lo más frecuente es que los niños que nacen de forma prematura (antes de la semana 35 de gestación) presenten cuadros de hiperbillirubinemia, siendo entonces la prematurez el primer factor de riesgo para el desarrollo de esta condición al nacer.
Asimismo, indicó que las infecciones urinarias o cervicovaginitis son en pacientes de este nosocomio con diagnóstico de bilirribunina elevada la segunda causa más importante, seguida por diabetes en la mujer durante su embarazo o enfermedades endocrinometabólicas, apuntó el pediatra de la institución.
El experto del IMSS agregó que en mujeres embarazadas con factor sanguíneo Rh negativo, invariablemente se suministra una inyección de inmunoglubina conocida como rhogam, 72 horas antes del parto, con la finalidad de reducir las posibilidades hiperbilirrubinemia o ictericia en el recién nacido.
Insistió en la importancia de que la paciente gestante acuda con regularidad a su control prenatal a fin de intervenir de forma oportuna para controlar tanto diabetes gestacional como infecciones que puedan poner en riesgo la vida del bebé.