Sabemos que nuestro cuerpo cambia cuando estamos embarazadas, y una de las zonas más afectadas son nuestros pies. Son los efectos secundarios del embarazo que nos producen hinchazón y, a veces, hacen crecer los pies.
Algunas causas son:
- Disminución de la actividad física: Hace que la bomba de la pierna que transporta líquidos de regreso al corazón no esté funcionando del todo bien.
- Congestión venosa: Puede ser debido al aumento de peso que no permite que las venas de las piernas puedan funcionar adecuadamente, facilitando que el agua escape hacia el espacio libre entre las células. En ocasiones, las venas varicosas pueden ser un problema que se da por la pérdida del funcionamiento adecuado en las válvulas de las venas, lo que incluso pueden causar coágulos sanguíneos en las piernas y pies.
- Retención de líquidos: Esto está relacionado con los desequilibrios hormonales propios del embarazo.
El doctor Pablo Besser, traumatólogo de Clínica Dávila explica que “el tratamiento de la fascitis plantar, es esencialmente ortopédico, sin inyecciones, es con masajes, uso de plantillas formales o bien taloneras de silicona para trabajar en la hinchazón de los pies. Se sugiere realizar ejercicios para trabajar toda la musculatura posterior de la pierna y la plantar. El manejo kinésico se recomienda en casos más serios. En cuanto a las inyecciones, no se recomiendan en casos como el embarazo, ya que son una molestia autolimitada que se pasa al tener al bebé”.
En cuento al crecimiento, el doctor dice que “más del 50 por ciento de las mujeres siente dolor, sequedad de piel, crecimiento más rápido de uñas y ensanchamiento de pies así como un estimado de aumento del tamaño del pie en medio número o uno completo. Parte de las molestias se explican por el cambio del centro de gravedad, especialmente al final del embarazo, más el aumento del peso corporal que motivaría un cambio del patrón de marcha, sobrecarga plantar con la formación de callos plantares o hiperqueratosis y dolor. El aumento del volumen por el edema habitual del embarazo obliga a un uso de calzado mayor, ahí la sensación de aumento del tamaño del pie, pero eso no se correlaciona con un aumento real del tamaño óseo del pie“.
Visita un especialista si el dolor de tus pies es insoportable.