Dile adiós al horrible estreñimiento. ¡Es hora de tomar algo!
Te recomendamos algunos remedios, pero siempre consulta a tu médico de cabecera
El estreñimiento no es exactamente el tema idóneo para iniciar una conversación, pero cuando es algo que padeces, sin duda se convierte en lo que más piensas a lo largo del día.
La mayoría de las mujeres con estreñimiento leve se beneficiarán de con agentes formadores de volumen”, como el caso de la fibra, además de aumentar la ingesta de agua. Pero si esto no es suficiente, ¡es hora de tomar algo!
Laxantes.
Si necesitas alivio urgente, usa un laxante: trabajará rápidamente, aunque en contraparte, sólo se puede tomar a corto plazo: el uso a largo plazo puede provocar anomalías electrolíticas y deshidratación.
Ablandador de heces.
Estos ayudan a tu cuerpo a secretar más agua para suavizar las heces y se puedan mover a través de los intestinos. Se puede consumir por periodos prolongados y se recomienda en los casos más agudos de estreñimiento.
Magnesio.
El magnesio es un laxante que ayuda a lubricar el tracto gastrointestinal y el colon para que las heces puedan deslizarse fácilmente. Si bien provoca un aumento en el agua en los intestinos, el magnesio y los medicamentos de prescripción forzosamente deben ser prescritos por un médico.
Los laxantes con magnesio son dañinos para las personas que han experimentado insuficiencia renal y los laxantes estimulantes, que causan que el intestino se contraiga y se muevan por las heces, son los más agresivos en el sistema digestivo por lo que no deben usarse más de una vez cada tres días.
Píldoras de fibra y polvos.
Esta es la solución menos agresiva y se utiliza a menudo para el tratamiento a largo plazo del estreñimiento. Es un agente formador de masa, lo que significa que absorbe el agua dentro del intestino para promover el movimiento de las heces. Se puede tomar de forma segura por períodos más largos de tiempo, aunque sin duda requiere más tiempo para empezar a trabajar y puede ser desagradable en forma de polvo.
Como siempre, no dejes de hablar con tu médico acerca de lo que es mejor para ti, dependiendo de tu historial de salud.