El abanico de anticonceptivos femeninos es cada vez más amplio, y también más cómodo en su utilización. Este es el caso del anillo vaginal, un método contraceptivo hormonal que consiste en un anillo de plástico flexible de unos cinco centímetros de diámetro, que segrega muy lentamente tanto estrógenos como progestágenos.Se coloca en el interior de la vagina durante tres semanas, para después retirarse, descansando durante una semana, hasta volver a implantarlo de nuevo durante tres semanas más. Funciona exactamente igual que las pastillas anticonceptivas: tres semanas de tratamiento y una de descanso, durante la cual aparece la menstruación. Y así sucesivamente. El anillo va segregando hormonas durante 21 días en las que estás totalmente protegida del embarazo, siempre y cuando no extraigas el anillo o lo hagas durante sólo 3 horas como máximo. Durante la semana de descanso no tendrás el anillo puesto, hasta volver a iniciar un nuevo ciclo, dónde volverás a colocarte otro anillo, pero también estás protegida durante esos días, si es que tienes relaciones sexuales.Para utilizar este método, que es altamente fiable porque segrega hormonas que van directamente a los vasos sanguíneos de tu útero e impiden la ovulación, necesitas acudir a tu ginecólogo/a para que te explique los pasos a seguir y para que valore si eres candidata a su utilización. Además, te enseñará a ponértelo, aunque no es demasiado difícil ya que se ajustará a tu vagina en cuanto lo coloques. Es muy recomendado ya que su utilización es más sencilla que el de las pastillas anticonceptivas, con éstas debes estar muy atenta a no tener ningún olvido, en cambio con el anillo vaginal como lo llevas puesto permanentemente, durante tres semanas, los olvidos son casi nulos.